sábado, 23 de marzo de 2013

La foto

Diego Levy de la serie Sangre


La fotografía muestra como un hecho natural como la muerte se convierte en un hecho desnaturalizado por la sociedad; en contraposición a los hechos violentos que en el presente naturalizamos: la violencia o las imágenes violentas. La fotografía tiene el poder de hacerme testigo sin correr peligro alguno.
El punto de vista del fotógrafo me provoca una limitación porque no veo un cuerpo entero, me recuerda a esa limitación que tiene la palabra cuando se quiere decir algo más, lo que provoca que  la fotografía se convierta en imprecisa y misteriosa.
El fotógrafo me filtra una situación que está en un espacio-tiempo, un instante preciso que volvió fijo para narrarme una verdad que no implica que sea objetiva, pero que hace que la persona viva desde ahora en mis recuerdos y me pregunte ¿quién era?, ¿cuál es su nombre?, ¿qué edad tenía?, ¿cuál calle del mundo es esa? y sobre todo ¿por qué terminó de tal manera?. La única verdad objetiva en la foto es la muerte. Me aporta datos temporales, es decir; gracias a la vestimenta me doy cuenta que no es el año 1810, sino mas contemporáneo, la foto pudo ser tomada ayer o hace 40 años atrás; a nivel sociocultural parece ser un trabajador, por sus zapatos o botines, pero toda estas preguntas resultan innecesarias ante la muerte. Con respecto al color, no hace falta para saber que eso es sangre y no hace falta ver la sangre para saber que esta muerto, la manera en que sus pies yacen lo dice todo. 
Desde el aspecto técnico es interesante porque la conclusión de la imagen esta a la izquierda y te obliga a leerla un par de veces, recorres el río de sangre para llegar al objeto. Sin embargo las fotos no son buenas porque sean técnicamente buenas, la técnica ayuda a transmitir mejor lo que se quiere decir, pero el hecho de que la foto sea buena no tiene nada que ver con la técnica.
La foto también me despierta el sentimiento ominoso, lo ominoso es aquello que apela a lo siniestro pero sometido a lo cotidiano, despierta un sentimiento de extrañeza que pertenece a lo siniestro o terrorífico que me causa angustia: la muerte, algo cotidiano que se convierte en extraño y me saca fuera de la realidad.
Para terminar dos frases: “todos sangramos igual” y “aquello que nos une, es lo que nos separa”.

1 comentario:

  1. Emanuel, como estas?
    esta faltando tu foto de perfil y comentario de la foto seleccionada.
    saludos!

    ResponderEliminar