Este trabajo fue
fuerte. La decisión del artista a transponer fue compleja, podríamos haber
cambiado, estábamos a tiempo y nos quedamos con él, lo tomamos como un reto. No
tengo predilecto por una clase particular de arte, así que ver sus
vídeos y sus obras no me hacían ninguna daño moral, solo pensaba en la manera
de transponerlo sin caer en el ridículo y sin llegar a lo grotesco. Las
teóricas me sirvieron bastante, me di cuenta de muchos artistas que transponen como Nicola Costantino y transposiciones en películas.
Nos basamos en el
concepto de la marca, el "final de fiesta" como lo llamó Valansi, eso
que queda después de una gran orgía de algo. Lo que cuenta esa marca. Tomamos
su crítica a la sociedad de consumo, a esa sociedad que se aliena y se vuelve
repetitiva, monótona, nuestros personajes hacen eso, se alienan, se vuelven
repetitivos, se salen de control. Como Maccarthy, hacía sus propias
performance, decidimos que nosotros deberíamos hacer las nuestras, una decisión
que en mi caso me daba un poco de miedo, porque no sabía cómo actuar, y cuando
llego el momento, prendimos las cámaras y dejamos que suceda, la primer
performance, la de Manuel, fue muy fuerte, se sintió algo en el lugar diferente
después, fue intensa. Una semana después nos tocó a Luciana y a este servidor,
y cuando comencé con la performance fue como que mi mente me llevo a cometer
todos esos actos, como que mis pensamientos iban más rápidos que mis actos, mi cuerpo se sofocaba y mi respiración se aceleraba, y que no pudiera modular, hacía que el personaje que me poseía fluyera con normalidad, hasta que se cayó la máscara y me volvió a la
realidad. Fue sincera, fuerte.
reflexión sobre la experiencia?
ResponderEliminar