jueves, 17 de octubre de 2013

TRANSPOSICIÓN ENTREGA







Este trabajo fue fuerte. La decisión del artista a transponer fue compleja, podríamos haber cambiado, estábamos a tiempo y nos quedamos con él, lo tomamos como un reto. No tengo predilecto por una clase particular de arte, así que ver sus vídeos y sus obras no me hacían ninguna daño moral, solo pensaba en la manera de transponerlo sin caer en el ridículo y sin llegar a lo grotesco. Las teóricas me sirvieron bastante, me di cuenta de muchos artistas que transponen como Nicola Costantino y transposiciones en películas.

Nos basamos en el concepto de la marca, el "final de fiesta" como lo llamó Valansi, eso que queda después de una gran orgía de algo. Lo que cuenta esa marca. Tomamos su crítica a la sociedad de consumo, a esa sociedad que se aliena y se vuelve repetitiva, monótona, nuestros personajes hacen eso, se alienan, se vuelven repetitivos, se salen de control. Como Maccarthy, hacía sus propias performance, decidimos que nosotros deberíamos hacer las nuestras, una decisión que en mi caso me daba un poco de miedo, porque no sabía cómo actuar, y cuando llego el momento, prendimos las cámaras y dejamos que suceda, la primer performance, la de Manuel, fue muy fuerte, se sintió algo en el lugar diferente después, fue intensa. Una semana después nos tocó a Luciana y a este servidor, y cuando comencé con la performance fue como que mi mente me llevo a cometer todos esos actos, como que mis pensamientos iban más rápidos que mis actos, mi cuerpo se sofocaba y mi respiración se aceleraba, y que no pudiera modular, hacía que el personaje que me poseía fluyera con normalidad, hasta que se cayó la máscara y me volvió a la realidad.  Fue sincera, fuerte.

Investigar su esencia, captarle, formarla parte de nosotros, poner su capa y nuestras capas, jugar con la opacidad de ellas. Me gustó no caer lo literal: en el final de fiesta. Me gustó jugármela, hacer de mí, otra persona.

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